viernes, 6 de marzo de 2009

Sonrisa indeleble me perturba


Me gusta ver los dibujos de mi infancia. Son irregulares, infantiles, básicos. Destilan inocencia, pero son un velo.
Una historia con argumento y todo cobra vida en hombrecitos de palitos. Y no sé en qué momento la historia dio una vuelta de 180º grados y dejó de relatar sueños infantiles, y se volvió otra cosa.
Los dibujos conservaron, sin embargo, el estilo amateur. Una inocencia adictiva, un vicio infantil que oculta sadismo.
Un lápiz le da vida y le dibuja una sonrisa. El hombrecito de palitos es feliz. Una espada atraviesa su torso unilineal. Pero la sonrisa sigue ahí.
Yo también quiero ser como el hombrecito de palitos y sonreír siempre, sonreír cuando duele, sonreír cuando sea. Me quiero dibujar una sonrisa con plumón indeleble y estar linda, siempre linda y divertida cuando me atraviese la espada.
Y sonreír.
Una mano de cuatro dedos raquíticos empuña una espada y mata al hombrecito. La sangre de tinta embadurna la hoja bond.
Y el hombrecito de palitos sonríe, su sonrisa indeleble me perturba, me enfurece, me hace emanar envidia.
Voy a buscar el corrector.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

si tienes algo que decir... ES AHORA O NUNCA.
(pod favod, di que pasa pod tu cabecita)