lunes, 14 de diciembre de 2009

Notas

¿Qué buscamos?

Tú no persigues nada. Yo no sé qué perseguir.

Te has enamorado de un pentagrama. Tú dices “bailen” y cientos de puntos negros suben y bajan en la escalera bicolor.

Yo soy un espectador ante su juego de a tres, y son sólo dos.

Yo vivo de las ideas que destilan mis dedos. Voy rumbo a una prisión con una sonrisa en la cara, y sólo tú has notado que la comedia antecede a una posible tragedia.

Creo que incluso me conoces más que mi reflejo.

No me gusta estar desnuda ante tus ojos. No me gusta que me leas y luego digas que el libro es de humo.

N o m e g u s t a q u e s e a s u n f u m a d o r .

Sin embargo, a veces quisiera ser un pentagrama.

B

u

s

c

a

s

... la nota única que cante mil palabras.

B

u

s

c

o

... un arcoiris de notas mudas.


Algún día escucharé la melodía, y regresaré para tocarla para ti.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Hay que fantasear


Yo busco un par de brazos abiertos como un niño busca a su madre al perderse en un centro comercial. Ávidamente, casi desesperadamente, preguntándome si los encontraré o estaré sola por siempre entre esta masa de gente que no conozco y no me importa.

Yo saboreo mis memorias de caramelo, sólo las pruebo e inhalo su dulce
esencia. Me saben a fantasías condensadas.

Yo no me enamoré de una persona, yo me enamoré de un pudo ser. Ya olvidé la definición de amor.

Los árboles bailan en invierno al compás de mis cabellos. Yo me enamoré en verano, cuando los árboles estaban quietos y el rubor en mis mejillas no tenía nada que ver con el calor.

Él tenía el cabello ensortijado y una sonrisa que cantaba mentiras.

Yo nunca le creí ninguna, una lástima.

No me cautivaron sus ojos, me cautivó lo que vi reflejado en ellos, una niña que miraba emocionada un regalo a punto de abrir.

Una promesa que nunca hizo, una promesa que me tomé la libertad de imaginar.

Nunca quise abrir el regalo, me daba miedo decepcionarme del contenido.

Yo me enamoré de lo que pudo haber en la caja, de los colores brillantes de la envoltura, de la textura aterciopelada del lazo que adornaba el regalo. No me enamoré de su contenido... Porque nunca me interesó mucho averiguarlo.

La navidad pasó, el regalo seguía envuelto, él se cansó de esperar.

Intenté llorar porque era lo preciso, pero por él mi corazón no genera esa
clase de emoción.

Y la soledad nunca se había sentido tan, tan vacía.



miércoles, 2 de diciembre de 2009

no voy a gritar, voy a susurrar para que solo lo escuches si asi lo quieres

Boy, you are something.

All I want to see is what you show me, all I want to hear is what you tell me, all I want to know is what’s inside you. Come hold me, talk to me, whisper something completely out of place in my ear and make me giggle like a kid. You know what I mean? It’s you.

Let’s play hide and seek behind those curtains. Go back to those days, just two kids fooling around with nothing to worry about. To hell with everything else, let’s blow a bubble over our heads and stay there, at least for a few minutes. Just the two of us, playing hide and seek.

You have no idea what it is like to feel this way, do you? I’ll show you, and yeah, it will dizzy you up at the beginning; but, honey, this is what we are meant to be. I will never say those words to you, I can’t say them and you can’t hear them. We shall be happy the way things are, inside a bubble. Here, hold my hand; I know this place that is just perfect for blowing bubbles. I know a place where we can look at each other eyes and try to send those feelings without using words for as long as we want.

We can be mute and happy forever.