miércoles, 9 de junio de 2010

Bite me


Hoy de la nada me dieron ganas de escribir. Fácil fue porque me puse a leer el blog de una chica (que creo que es bi) y se parecía a lo que yo escribía. Me entró la nostalgia, carajo.
Ahora que lo pienso, no recuerdo cómo rayos terminé leyendo su blog, antes estaba en su fotolog, y antes en el fotolog de alguien más… Pero si yo no tengo fotolog (aka: antro de floggers, emos, y otra gente con el ego tan hinchado como sus pelotas), entonces, ¿cómo llegué ahí?
¿Y por qué me importa?
Neh, no me importa.
Volviendo a mi vida, o mejor dicho, volviendo a ese pedacito de ser humano que queda de mí después de que mi carrera se comiera todo lo demás, estoy masomenos bien. Mis maquetas son buenas, eran buenas, ahora están raras, debo volver a mis raíces. Mis dibujos son buenos, pero, diablos, me siento jodidamente estresada cuando tengo que hacer planos. Como por ejemplo, ahora. Por eso intento relajarme un rato escribiendo aquí antes de ahogarme por 3 horas entre mis escuadras y la precisión milimétrica de mi escalímetro.
Extraño el colegio.
Neh, en realidad no.
Extraño a la gente y la vida fácil.
Sí, eso es más preciso.
El otro día vi un comercial de un té que supuestamente mejora tus capacidades de concentración. En el comercial ponían a una señora que acababa de terminar un largo trabajo y en vez de poner guardar, ponía cerrar; a esto le seguía una mirada asesina de su compañera. Pobre boba. Realmente creo que necesito ese té porque últimamente estoy siendo demasiado bruta, brutaza, casi como la pava del comercial. No, nunca tanto. El martes llegué tardísimo a mi clase de Dibujo porque tomé la S me olvidé de decirle dónde bajaba. El puto micrito se pasó de largo la universidad y cuando empezaba a decirle su vida al cobrador me acordé de que no me había acordado de avisar que bajaba ahí. Ah, maldición. Salí de la custer 10 cuadras más adelante y más roja que la lata de coca cola. Algo parecido me pasó hoy cuando iba a mi clase de las 3.
Salí de mi casa a las 3:10 (hora aceptable considerando mis usuales tradanzas), y cuando llegué al paradero me di cuenta de que había dejado las fotos (tarea) en mi casa = Regresar.
Luego de recoger las fotos estaba  a una cuadra del paradero cuando me acordé del UHU = Regresar.
No había UHU en la casa = Metro y su cola de 80 horas.
Después de comprar el UHU me di cuenta de que ya no tenía plata, así que me resigné a tomar micro. Pasó una custer roja con blanco y me subí, sólo para que 3 minutos después me dé cuenta de que ESE NO ERA MI MICRO. ¿Quién fue el imbécil al que se le ocurrió diseñar la B igual a la S? ¿Quién, para que le rompa la cara con mi nueva escuadra brillante y filuda??
Me bajé en el polo, me metí al cajero y tomé un taxi que finalmente me dejó en la puerta de la universidad.
Odio el transporte público, lo odio, lo odio, lo odio. Cómo desearía no gastar todo mi dinero en Redbull para así no tener que someterme NUNCA a la tortura que son los micros (sea C, S, B, o cualquier letra del abecedario).
Conclusión: Muerte a las custers.
 O podría empezar a tomar el susodicho té milagroso, me da la impresión de que es una solución más práctica.
En fin, ahora sí ya me voy, esos dibujos no se van a hacer solos y el que diseñó la B ya debe ser un anciano apachurrable así que mejor le doy mejor uso a mi escuadra y me pongo a trabajar.


Adiós, lectores inexistentes.







2 comentarios:

  1. jaja aquí lectora existente que aprecia demasiado que escribas.
    Yo amo el transporte público y quién como tú que puede sacar plata del cajero!
    sigue bien en arquitectura :D

    ResponderEliminar
  2. aw, y yo aprecio demasiado a mi publico, aka, tu (L)

    ResponderEliminar

si tienes algo que decir... ES AHORA O NUNCA.
(pod favod, di que pasa pod tu cabecita)