Impresiones desde la butaca de un teatro

Me encuentro en el teatro, en lo que es uno de nuestros últimos ensayos, y el ultimo en el que se permiten errores. La música envuelve el ambiente en un halo de energía. Es una especie de música electrónica, pero sale de un violín, una guitarra, un bajo, un clarinete y un órgano. La música nunca deja de sorprenderte. Con esta música mística y energizante me ecuentro observando la escenografía que han colocado esta tarde para la obra de mañana. Es increíble. Una arquitectura que le canta al minimalismo. Cuatro paneles y unos cuantos cubos se mezclaran de todas las maneras para dar vida a nuestras escenas. Muy genial.
La gente salta y baila al son de la música, Maria Fé y Andrea dan brincos de lado al lado del teatro, algunos se arremolinan en la escalera del escenario y se dejan llevar por la atmósfera, nos tomamos fotos realizando pasos de baile ridículos entre risas. Otros se sientan en las butacas y simplemente observan. Respiran cada fragancia del teatro, su olor a claustro, su escencia oscura... Inhalan el lugar, en un intento de inmortalizar este momento con cada sentido, porque a veces los ojos no bastan.

Tal vez me estoy llendo por las ramas, pero es que no tengo un tema, y solo quiero dejar unas impresiones de este lugar escritas en algún lado porque simple y llanamente, me encanta... Y a quien no le gustaría un lugar así, en el cual puedes liberarte de tu nombre, de tu rostro, de tus problemas, y solo ser una escencia... Una escencia que flota libremente, y es feliz.